Anoche, en el corazón de Madrid, 14 miembros del Club Español de Alta Gastronomía (CEAG) nos reunimos para una experiencia que quedará grabada en nuestra memoria. La anfitriona de este festín fue la talentosa Lucía Grávalos, quien junto a su equipo nos brindó no solo una cena, sino una auténtica obra de arte gastronómica.
Desde el primer plato hasta el último bocado, cada creación desbordaba sabor, técnica y pasión. Pero no fue solo la cocina lo que nos conquistó. La atención impecable del equipo de Desborre, su calidez y el cuidado por cada detalle hicieron que nos sintiéramos como en casa, aunque con el lujo de estar en uno de los rincones más especiales de Madrid.
Hubo risas, brindis y ese placer único de compartir mesa con quienes entienden que la alta gastronomía es un arte que se disfruta con todos los sentidos.
Gracias, Lucía, por una noche que define por qué amamos la gastronomía y por recordarnos que detrás de cada plato hay una historia que merece ser celebrada.
CEAG sigue celebrando lo mejor de nuestra cocina. Y noches como estas nos hacen seguir adelante, con el firme propósito de rendir tributo a la excelencia.